martes, 5 de mayo de 2009

El movimiento sindical venezolano en la época de la mundialización

El “puntofijismo” fue un acuerdo entre los partidos políticos venezolanos Acción Democrática (AD), Copei y Unión Republicana Democrática (URD), para octubre de 1958, pocos meses después del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez que luego se cinvierte en un sistema bipartidista dominado por las dos primeras organizaciones políticas hasta que comienza su descomposición en los noventa y culmina en 1999 y con la instauración del nuevo gobierno bolivariano que ha pretendido desde entonces llevar a cabo elecciones sindicales desde el Estado, sea por intervención de la Asamblea Constituyente, de la Asamblea Nacional o actualmente del Consejo Nacional Electoral.

Las ideologías que predominaron en nuestros sindicatos han sido estatistas y ello ha contribuido a que la idea de libertad y autonomía sindical esté escasamente entre nosotros, en nuestras prácticas, y en la conciencia de la mayoría de los trabajadores; debemos comprender que el sindicato no es parte del Estado, que hay que respetar los espacios de la sociedad civil. Y lo primero que el Estado debe garantizar, desde ese punto de vista, es la autonomía sindical: la democracia sindical será obra de los propios trabajadores. Este es el esquema adoptado por la Constitución del 99.Sobre ello volveremos en las conclusiones de nuestro trabajo.

Con una informalidad como la del mercado de trabajo venezolano, que abarca la mayoría de la fuerza laboral y concentra altas tasas de desempleo, los empleados formales representa, a los ojos gran parte de la sociedad, la pugna corporativa por privilegios haciendo en nuestro país la "brecha" entre los sectores sociales privilegiados y los marginados cada vez mayor generándose una potenciación de las desigualdades heredadas de los períodos anteriores.

Es evidente que, dentro de los parámetros establecidos en la Constitución, es en los estatutos y reglamentos sindicales, dictados por los propios sindicatos en ejercicio de la autonomía normativa y de autorregulación dónde se establecerá dónde, cuándo y cómo se desarrollaran las elecciones y quiénes pueden participar en ellas, sin intervención del estado.

Finalmente podemos concluir que la progresiva integración de las sociedades y de las economías nacionales en diferentes partes del mundo se ve impulsada por la interacción de los avances tecnológicos, las reformas en el comercio y la política de inversiones, y las cambiantes estrategias de producción, organización y comercialización de las empresas multinacionales; esto mismo trae consigo aportes a las distorsiones del mercado de trabajo en nuestro país, es decir, aumento del desempleo, disminución del salario real, desregulación, precarización e informalidad, y con ello impactos culturales y políticos; estableciendo el desempleo como el principal enemigo del movimiento sindical.

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