jueves, 30 de abril de 2009

El movimiento sindical ante las nuevas formas de organización del trabajo.

El trabajo se concibe a partir de una diversidad de necesidades en los trabajadores como sobrevivencia, reproducción, de satisfacción, de protección y amparo; es por esto que surgen los movimientos sindicales y a través del tiempo han ido un aumento la cantidad de afiliados, convirtiendo los contratos de trabajo en contratos colectivos, con políticas preestablecidas a fin de salvaguardar sus intereses, garantizar mejores beneficios y mayor duración dentro de las empresas y así evitar la exclusión individualista.

En la actualidad son muchos los desafíos enfrentados por los movimientos sindicales, esto se debe a las variaciones en la organización del trabajo; cuando las sociedades reconocen la implementación de nuevos mecanismos y formas de trabajo esto se traduce en riquezas generadas y transformadas en dividendos que llegan a los propietarios y en mejores remuneraciones a los trabajadores. Pero ¿Se adapta nuestra sociedad a estas modificaciones?

Los modelos de trabajo se diversifican y esto conduce a la adopción de comportamientos que eluden la organización sindical, uno de los modelos empresariales plantea la individualización de las relaciones de trabajo por encima de las relaciones colectivas, apelando al individuo desde las funciones más básicas que ejecutan los trabajadores de la nómina semanal, es decir los obreros no calificados, como potenciales portadores de ideas y propuestas para el mejoramiento continuo. . Por otro lado, las nuevas formas de organizar la producción han traído consigo una intensificación del trabajo y una demanda de habilidades, destrezas cualidades personales y competencias laborales más subjetivas de los trabajadores, lo que instaura nuevas formas de explotación y una difuminación de los límites de la vida laboral y la vida no laboral.

lunes, 20 de abril de 2009

El Proceso de Reforma de la Seguridad Social en Venezuela: Una Visión desde El Movimiento Sindical Venezolano. (CTV)

Este tiene sus inicios a finales de la década de los años 80, debido a malas gestiones por parte del Estado, problemas de liquidez, desviación de los recursos existentes, usados en el costeo de actos de corrupción, fanatismos políticos, destacándose una pésima administración, la evasión de contribuciones; quizás si en un principio su uso se hubiese conferido a potenciar el Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS) esto no se hubiese traducido en constantes protestas por parte de la tercera edad en búsqueda del ajuste de sus pensiones.

Es durante el gobierno del presidente Rafael Caldera cuando se da a lugar la propuesta y se asume el compromiso de una reestructuración del sistema a fin de brindarles a los trabajadores mayor y mejor seguridad, implementando políticas, partiendo principalmente de la creación de fondos individuales a los pensionados administrados por el sector privado y transformando el IVSS en una institución de índole financiera, y no establecido como un prestador de servicio o prestaciones. Pero a posteriores, el nuevo ejecutivo nacional promulga la regresión al sistema solidario y no lucrativo de carácter universal.

Según la OIT, los sistemas de seguridad social se establecen en sociedades que buscan garantizar la protección de los ciudadanos de su nacimiento hasta su muerte y esta concepción debe ser preservada en el tiempo; por tanto los diálogos y debates deben ser mantenidos de manera civilizada a fin de concebir acuerdos y compromisos que permitan superar la pobreza.

El sistema sindical actualmente no esta incluido en los acuerdos establecido por el actual gobierno por no haber participado en la discusión del mismo, una critica principal por parte del sistema sindical va fijada a la cotización obligada impuesta a los trabajadores, esto debería estar financiado con los impuestos cobrados por el estado, de lo contrario el trabajador estaría haciendo una doble aportación para obtener las mismas prestaciones de quienes no contribuyen. Ante esto la CTV plantea la garantía de los derechos de todos los afiliados el compromiso y la extensión a toda la población venezolana, esto requiere del consenso entre los actores políticos y sociales evitando la improvisación en el corto plazo y dando cumplimiento en el largo plazo consolidando su principal función.

La CTV cuestiona la política económica de nuestro presidente ya que va orientada a la congelación de sueldos y salarios, pagos de la deuda externa dejando de lado la pobreza en la que muchos se encuentran, aparte del inherente incremento del costo de vida, y el papel que juegan los impuestos al imposibilitar la distribución positiva del ingreso por la vía de la política tributaria.

Finalmente, la CTV sugiere la inserción de todos los que no están estructurados, sector que contiene una gran cantidad de excluidos sociales en el marco económico ya que es significativo el nivel de pobreza de nuestro país y el escaso nivel de alcance adquisitivo de los hogares venezolanos; manteniendo la intención de solidaridad y universalidad. El equilibrio será hallado siempre que el estado garantice este derecho y permita la participación de los actores.

Referencia

Barrios Graziani, Leticia ; Camejo Ruiz, Armando J.
El Proceso de Reforma de la Seguridad Social en Venezuela: Una Visión desde El Movimiento Sindical Venezolano. (CTV)
















Determinantes estructurales de la sobreexplotación del trabajo femenino en Venezuela.


Venezuela es un país que presenta en la actualidad desequilibrios en lo que respecta al mercado laboral. A la vista de muchos esta la creciente oferta del mercado informal y además de una explotación clasista hacia el trabajador.

La población femenina no escapa de la sobreexplotación, esto va aunado a las sociedades capitalistas que consolidan el predominio del hombre sobre la mujer y se manifiesta en fuertes desventajas en el ámbito laboral, junto a una marcada discriminación y exclusión.

La mujer en vista de la disparidad existente entre la canasta básica y el poder de adquisición del salario real, ha tomado la decisión de buscar bajos sus medios, ingresos que ayuden a llevar el día a día, incorporándose en mayor proporción al mercado informal; quizás este en un principio era mayormente representado por los hombres, pero en los últimos años los papeles se han intercambiado y las mujeres se encuentran liderizando estos sectores de la economía, aunque se consideran que la calidad del trabajo de estas es inferior al margen establecido por su contraparte.

Otro determinante de la sobreexplotación son las estrategias flexibilizadotas que provocan un aumento en la precariedad del trabajo de las mujeres; estas estrategias van dirigidas a las condiciones y relaciones de trabajo que descuidan la rigurosidad del aparato productivo y por ende se manifiesta jornadas desreguladas, predominio de bajos salarios y una marcada inestabilidad laboral.

La inserción de las mujeres va marcada por una fuerte tercerización del proceso, esto quiere decir, el genero femenino esta se interpreta culturalmente y se estereotipa con actividades tales como: lavar, planchar, cocinar, educar, atender, y/o administrar, entonces, gracias a esta falsa conciencia vemos que en la actualidad la mujer se considera a sí misma para lo denominado “profesiones fáciles”, como educación, relaciones industriales administración; mientras que el hombre se inclina por tareas complejas, creativas, y profesiones de mayor esfuerzo tanto intelectual como físico. Esto trae como consecuencias en el área laboral, principalmente una brecha entre el salario asignado entre hombres y mujeres por la misma conciencia de que a mayor esfuerzo mayor remuneración y viceversa.

En conclusión, nuestro sistema capitalista se caracteriza por la desigualdad económica, a lo largo de la historia de nuestro país un sin fin de políticas aplicadas para la estabilización laboral en general, son lo que han afectado en su mayoría al sector femenino, agudizándose las diferencias entre sexos que trae consigo la diferenciación laboral misma, desvalorizando los oficios y saberes de la mujer; se destaca la contracción salarial y una desregulación del sistema laboral, aumentando de manera notoria una informalidad del comercio que se caracteriza por ser improductiva ya que su mismo aumento provoca un menor ingreso en dicho sector. Todo esto se traduce en la tercerización, precarización y flexibilización del trabajo femenino.



Referencia.

Leticia Barrios Graziani. Determinantes estructurales de la sobreexplotación del trabajo femenino en Venezuela.